lunes, 22 de junio de 2009

¡Qué mona es la risa!


Las cosquillas hacen desternillarse de risa a los grandes simios, según revela un estudio de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido) publicado en la revista Current Biology. En efecto, como los niños humanos, los chimpancés, bonobós, orangutanes y gorilas más jóvenes chillan y vocean cuando se les hace cosquillas. Y aunque el sonido que producen estos primates al exhalar es diferente al "ja-ja" humano, los científicos acaban de demostrar que puede ser definido como risa.Para llegar a esta conclusión, Marina Davila Ross y sus colegas analizaron grabaciones de sonidos de vocalizaciones provocadas por las cosquillas en bebés y jóvenes orangutanes, chimpancés, gorilas y bonobos, así como en humanos. Posteriormente, un análisis filogenético de los datos acústicos mostró que las expresiones provocadas por las cosquillas en las cinco especies tiene su origen en un antepasado común de hace más de 10 millones de años. Los datos también apuntan a que, aunque el origen de la risa es compartido, cuando la evolución de los humanos se separó de la de los primates la carcajada humana también evolucionó, exagerando sus rasgos acústicos.

La alfombra mágica de la invisibilidad


Dos equipos de investigadores, en la Universidad de California en Berkeley y en la Universidad de Cornell de Nueva York, han diseñado “alfombras de invisibilidad” que ocultan visualmente la presencia de cualquier objeto que se sitúe bajo ellas.Las alfombras, presentadas públicamente la semana pasada durante la Conferencia Internacional de Electrónica Cuántica celebrada en Estados Unidos, han sido fabricadas con nanoestructuras de silicio que consiguen que cualquier bulto creado por un objeto oculto bajo ella desaparezca de la vista, de modo que en apariencia la superficie siempre parece plana. En concreto, durante los experimentos de la Universidad de Berkeley se utilizó la alfombra para cubrir un área diminuta que medía 3,8 micras por 400 nanómetros aproximadamente. Y se consiguió generar el efecto de invisibilidad para distintos ángulos de incidencia de luz. Debido a su diseño y composición dieléctrica, el investigador Xiang Zhang asegura que la alfombra es relativamente fácil de fabricar y podría estar disponible en tamaños grandes. La nueva tecnología representa un gran paso hacia la óptica de transformación. Además de aplicaciones directas para ocultar objetos a la vista, e incluso hacer invisibles ciertas instalaciones a los satélites, abre la puerta a la manipulación de la luz para crear microscopios más potentes y ordenadores más rápidos.